El bloqueo creativo es una fase que todos conocemos. De pronto te sientas delante de un folio (o pantalla) en blanco y esperas…esperas pero no sale nada. Y pasan los minutos, las horas, y cuanto más mires el reloj más te pones nervioso y menos produces. Es una ecuación infalible.
Escribo este post porque a mi justo me ocurrió la semana pasada: el lunes tenia mi to do list muy bonita y en orden y el viernes me di cuenta de que me había perdido totalmente. Algunos trabajos me habían llevado más tiempo de lo previsto, no había encontrado un rato libre para escribir en el blog o para dibujar, así que estas dos tareas las dejé para el final. Posponiendo de un día para otro me encontré el viernes que solo tenia que sentarme y bueno…crear.
Mi mente estaba totalmente atascada. Todas las ideas que se me habían ocurrido durante la semana se lanzaron hacia mí, y al final entre mil voces mi cerebro rechazó ser perceptivo y se hizo el sordo. El dichoso bloqueo. Puede surgir por razones muy distintas, pero a mí la verdad es que me suele pasar cuando estoy hiperestimulada. Me entusiasmo demasiado y al final no sé por dónde empezar, como un niño casi…
Así que me dije, pues vamos a analizar este momento e intentar comprender cómo funciona, si escribo negro sobre blanco quizás me ayude a reaccionar mejor, “conoce tu enemigo y vencerás” ¿es lo que se dice no?
Las causas del bloqueo pueden ser muchas, pero desde mi punto de vista hay dos principales: o no tienes ideas, o tienes demasiadas.
En los dos casos la mejor forma de reaccionar en el inmediato es pararse un momento, hacer otra cosa, y –muy importante- olvidarse del reloj.
A mí personalmente las ideas suelen llegarme cuando estoy haciendo algo totalmente distinto: limpiando, por ejemplo, o paseando con mi perro. Es normal, tu cerebro hace reset y vuelve a funcionar. Pero también puede ser realizando otra actividad, siempre creativa, como un proyecto paralelo, o aprender algo nuevo. Aprender mantiene la mente en ejercicio y elástica. Con esta excusa en los últimos seis meses he profundizado muchos argumentos y he conseguido utilizar herramientas de las que no tenía ni idea 🙂 .
Como decía Picasso
la inspiración existe pero tiene que encontrarte trabajando
Este es un buen consejo.
Lo importante es no desesperarse y sobre todo no confundir un momento de bloqueo con incapacidad. Un pensamiento de este tipo es autodestructivo y lo único que va a conseguir es minar nuestra autoestima. A este propósito es muy interesante el TED de Elizabeth Gilbert (autora del bestseller Come, reza, ama) en el que nos habla de lo fundamental que es hacer las paces con nuestro yo creativo y aceptar su imprevisibilidad, porque es todo parte del proceso.
Hay un sinfín de libros que pueden ser de ayuda en estos momentos, quizás el más célebre es El camino del artista, de Julia Cameron (libro de cabecera del mismísimo Almodóvar). Y que se dirige a todos los que sientan haber perdido su espíritu creativo, por lo que lo recomiendo especialmente a los que no son profesionales del sector. En internet existe la versión de audiobook libre (que además de útil es muy relajante ;)).
Como ejemplo dos ejercicios, propuestos por la Cameron, que son fundamentales y que habría que seguir cotidianamente:
>> Con Las páginas matutinas, la autora invita al lector a dedicar algunos minutos cada mañana a la escritura automática. Lo que significa apuntar en un diario cualquier cosa que se nos pase por la cabeza al despertar, sin ninguna autocensura ni filtro. En este momento no importa la gramática ni el estilo, sino aprovechar de una fase en la que nuestra mente está muy activa generando ideas y reflexionando sobre acontecimientos o preocupaciones. Escribiendo sobre papel todo lo que se nos ocurra nos depuramos de esos pensamientos que dejados sedimentar pueden obstaculizar nuestro proceso creativo y nuestras actividades diarias.
>> El segundo ejercicio es La cita con el artista: una exhortación a comprometerse cada uno consigo mismo, dedicando dos horas a la semana a alimentar la propia parte creativa. Puede ser ir al cine, a una exposición o cualquier actividad que siempre relegas como última de la lista por no parecerte imprescindible.
Museo del Prado
Bueno, pues puedes empezar con estos dos ejercicios y ¡ya me dirás qué tal te van! Y después de esta reflexión más genérica, en mi próximo post te voy a dar algunos recursos concretos para ayudarte a salir del tan odiado bloqueo creativo 😉 .
Gracias por tu texto. Justo a mi me pasó ese horroroso bloqueo por meses, y apenas me estoy recuperando, utilizando el método de Cameron, juntándome con mas personas creativas y poniéndome metas pequeñas, pero comprometiéndome a cumplirlas. Un abrazo.
Gracias Andrea, pues espero que te sea útil 🙂
Y ¡enhorabuena con tus metas!
Un abrazo,
Claudia