La Toscana es famosa en todo el mundo por sus bellezas arquitectónicas, artísticas y naturales. Pero muchas veces su fama se limita a las ciudades más celebres, como Florencia, Siena, Pisa, etc.…
En nuestra última escapa decidimos explorar la parte más rural y salvaje de la Toscana para pasar unos días en completo relax y sin prisas. Disfrutando principalmente del paisaje, de la buena comida y de largos paseos con nuestra mascota.
Pues nuestro viaje ¡no nos ha decepcionado! Aquí te dejo algunas sugerencias con lo mejor para descubrir la Toscana más rural y dedicar algunos días a la dolce vita en el corazón de Italia. Y si viajas con tu mascota este es un destino superaconsejado (por todo…salvo por una parte que te cuento más abajo 🙂 )
>> Para quien se pase por Florencia – aunque no tenga demasiado tiempo – va este primer tip que todavía muy pocos conocen. A pocos kilómetros de la ciudad se encuentra el estupendo Parque de Pratolino, en un principio de los Médici y que hoy lleva el nombre de Villa Demidoff porque fue propiedad de esta familia rusa desde 1800. Es un parque precioso por sus bosques, jardines y fuentes, pero sobre todo es famoso por el Coloso del Apenino, construido en 1500 por el escultor Gianbologna . ¡Una estatua verdaderamente espectacular! De 14 m. de altura.
>>Las carreteras de la Toscana son para ir sin prisas y disfrutar del panorama, de los colores de los campos en flor y de los bosques. El paisaje te va a encantar, es una maravilla. ¡Párate en cuanto puedas y saca fotos!
También te puedes encontrar por el camino monasterios y ruinas que parecen sacados de un cuadro romántico. Algunas más celebres como la Abadía de San Galgano, y otras totalmente perdidas en la naturaleza.
La iglesia de San Galgano ¡la recomiendo totalmente! Un rayo la dejó sin tejado así que es muy sugestiva. San Galgano fue un caballero medieval que en principio muy santo no era, con una vida legendaria bastante interesante. En su ermita, que se encuentra a pocos metros de la abadía, yace la (¿verdadera?) espada en la roca…
Esta es solo una pista, para ver la espada en la roca tienes que entrar 😉
>> Si quieres explorar la costa de la Maremma puedes hacer una ruta por el Monte Argentario: ¡desde lo alto la vista es maravillosa! No te aconsejo perder demasiado tiempo en los pueblos de mar (bastante más caros que en el interior) porque lo que de verdad merece la pena son las playitas y los senderos para disfrutar del panorama. Los caminos que bajan a las más famosas Cala Grande y Cala Pequeña son fácilmente practicables.
Pero quizás lo mejor de esta zona sea la Reserva Natural de la Maremma. Lo dejo en condicional porque no pudimos comprobarlo completamente: de hecho los perros no se admiten en el parque. La motivación es que podrían molestar a la fauna salvaje y alterar el delicado equilibrio del ecosistema. Luego, claro, ves decenas de turistas que juegan al balón en la playa. O hacen pic nic y alimentan con cualquier cosa a los zorros que andan mendigando entre la gente. Un poco contradictorio, sí.
¿Cómo lo sé? Bueno, la verdad es que hemos infringido la ley y hemos entrado en el parque con Morito (nuestro peludo) en el maletero (truco que nos dio el dueño de la granja donde alojábamos). Pero solo para quedarnos cinco minutos y sacar algunas fotos a la playa y a los zorros, que me hacía mucha ilusión 🙂
En esta zona de llanura que termina en el mar, el territorio cambia completamente, es más salvaje, y recuerda un poco África.
sigue en la segunda parte >>>>