El dibujo es un medio de expresión fascinante, es sin duda el más inmediato y simple, de hecho solo necesitas un lápiz.
Se da el caso de que ha empezado la feria Drawing Room en Madrid (este año en el Palacio Santa Bárbara hasta el 3 de marzo), un evento colateral a la feria de arte Arco, y orientado específicamente al dibujo contemporáneo.
Pues aprovecho de esta ocasión para reflexionar con más atención sobre el significado de dibujar, una práctica a la que muchas veces damos poco valor.
Irene Gonzáles, de la serie «(des)encuentros 09», courtesy of Galería Silvestri para Drawing Room Madrid 2018. >> A través del dibujo entramos directamente en relación con la esencia de la idea del artista y su estado emotivo.
Es interesante observar como este medio se pueda plasmar según diferentes intenciones, elaborando relaciones entre disciplinas diversas y mostrando todo su potencial creativo. No obstante los avances de la tecnología, son muchos los artistas que hoy en día deciden privilegiar el dibujo como medio artístico.
Los coleccionistas han descubierto un nuevo interés hacia los dibujos de los artistas, un interés que se ha visto reflejado también en museos y galerías internacionales. La exposición sobre el escultor Michelangelo, por ejemplo, en el Metropolitan Museum de Nueva York, ha sido todo un éxito. El título de la muestra Michelangelo: the divine draftman and designer, deja claro la intención curatorial de poner en primer plano los dibujos del artista. Primero, claro, porque sería difícil transportar un Moisés o una Virgen en mármol hasta Nueva York, pero también porque para apreciar realmente la obra de este maestro del arte es muy importante analizar sus dibujos. En ellos vemos el gesto, el proceso y la germinación de una idea, que luego se cumplirá en la obra final.
Michelangelo, «Virgen con niño», carboncillo rojo y negro sobre cartón, con aguadas en marrón para las sombras y partes iluminadas con gouache blanco. >> Ya en su boceto Michelangelo evidencia una atención particular para los matices de la piel y los volumenes de la carne, que luego encontramos en sus esculturas.
Michelangelo, boceto para la sibila eritrea de la Capilla Sixtina. >> Solo con el trazo del lapiz se puede dar más relevancia a una parte u otra del dibujo, esto nos indica dónde la mirada del autor se focalizaba.
En la historia del arte es con el Renacimiento que se califica el dibujo como forma artística realmente dicha, con maestros como Leonardo Da Vinci, Tiziano, Mantegna y el ya mencionado Michelangelo entre otros. A lo largo del tiempo la apreciación del dibujo se ha alternado entre su valorización como huella de un proceso o boceto y su valor como trabajo en sí. En los años Setenta con la difusión de movimientos artísticos que no preveían la realización de un objeto final comercializable – como en el caso de la Land Art o de las instalaciones y performances – los dibujos proyectuales eran lo que permitía que los artistas de estos movimientos pudiesen estar presentes en el mercado del arte.
El artista estadounidense Christo, evidentemente no podría vender sus enormes instalaciones a una subasta, pero sí sus dibujos proyectuales. La obra de aquí arriba se titula Floating Piers y se instaló en el Lago de Iseo del Norte de Italia.
Lo mismo ocurre, por ejemplo, con grandes arquitectos o escenógrafos. Claramente hay razones de naturaleza económica en la revaluación del dibujo en el mundo del coleccionismo, los precios pueden ser más asequibles (si no hablamos de un Raffaello, por supuesto), el transporte y la instalación más simples, etc…Pero lo que aquí me interesa es reflexionar sobre lo que supone la actividad de dibujar.
El dibujo como bosquejo es el medio dinámico en el que el pensamiento visualiza, ordena y desarrolla las ideas , siendo de esta manera la primera fase necesaria de cada proceso creativo, sin hacer distinción entre investigación científica y arte. El mismo Leonardo consideraba el dibujo como forma insustituible en la que arte y ciencia pueden expresarse conjuntamente. Y es que si hablamos de arquitectura, diseño, ilustración, pintura, física, caligrafía, y más…acabamos hablando de dibujo.
Estudio de Leonardo Da Vinci.
Dibujar es una forma de expresión primitiva, porque al fin y al cabo es la primera forma de arte visual de la historia. Además, si pensamos en los niños, empiezan primero a dibujar y sucesivamente a escribir y leer.
Esto me lleva también a hacer otro tipo de discurso: ¿cómo se aprende a dibujar? Si es una habilidad innata ¿por qué luego nos olvidamos de ella?
Aprender a dibujar es aprender a ver, a ver de la forma correcta, que no es el mirar simplemente con los ojos.
Kimon Nikolaides
Hay quien dice que no va a clases de dibujo porque no sabe dibujar, pero si lo piensas, es como no apuntarse a un curso de francés porque no se sabe francés. No tiene mucho sentido ¿no crees?
Sin pretensiones de que nuestras obras se expongan en una galería, podemos considerar el dibujo una interesante herramienta de trabajo y de razonamiento. Cuando dibujamos hacemos un uso diferente de nuestro cerebro que elabora las percepciones en informaciones visuales y las traduce a través del gesto de nuestra mano en un trazo sobre papel.
En el libro de Betty Edwards, Aprender a dibujar con el lado derecho del cerebro, la autora nos explica que aprendemos a dibujar cuando pasamos a otro modo de visión, y este coincide con un estado de conciencia ligeramente alterado, en el que estamos talmente concentrados que nos olvidamos de todo lo que ocurre fuera del folio.
Dicho de otra forma, el dibujo es un modo de conectar con la parte más creativa de nuestra mente . Aprender a dibujar es aprender a conocernos mejor y a comprender con más claridad el mundo que nos rodea. Es un proceso mental que nos hace percibir la realidad con una sensibilidad más afinada y nos ayuda a sintetizar sobre una superficie las tensiones energéticas del entorno, que pueden ser luz, color, formas, proporciones, así como emociones y sentimientos.
Un lenguaje que invita a la experimentación y un ejercicio mental muy válido.
Boceto de Michelangelo para Sibila Libia, carboncillo rojo.