¡Aquí estoy! He vuelto de mi breve pero intensa aventura en la Feria del libro infantil de Bolonia. Y ha llegado el momento de reflexionar sobre expectativas versus realidad como prometí en mi anterior entrada.
En estos días he experimentado emociones contrastantes pero me he tomado el tiempo para racionalizar mi experiencia (y, sobre todo, para dejar descansar mi espalda 🙂 ).
Perderse para volver a encontrarse |
No sé si conoces el dicho consejos vendo y para mí no tengo … pues este ha sido un poco mi caso, lo admito. Soy sincera, los días anteriores a mi viaje a Bolonia los he pasado con mucha agitación, un poco porque las ferias en general me ponen nerviosa o por miedo a perder el tren, retrasos, etc…, un poco también porque quería tener todo planificado, mi material preparado a la perfección y la actitud de ir a por todas en on. Sí, yo, la misma que te contó hace algunos días que la Feria del libro infantil de Bolonia debe ser una experiencia enriquecedora y no una prueba de examen, que hay que participar con curiosidad y entusiasmo pero sin agobiarse demasiado. Pues a veces la cabeza dice una cosa y el cuerpo se mueve en una dirección diferente, hay que asumirlo.
Aunque sí es verdad que en un cierto momento recuperé esa actitud zen, que se demostró fundamental para sobrevivir a mi día de feria. Recién entrada me sentí tan abrumada por mi alrededor- editoriales, ilustradores, autores, conferencias, talleres, etc. – que pensé que por como soy yo había sido un error ir. Todos parecían tener algo que hacer y yo ni siquiera conseguía orientarme con el mapa (por cierto, lo de la app con el mapa nada que ver, mejor el de toda la vida en papel).
Antes de dejarme llevar por el pánico y la frustración, me obligué a pensar en todo lo que había leído y escrito en mi post pre-feria y, sobre todo, ¡en mi agenda llena de citas interesantes!
Pero esta última se demostró una intención más bien inútil, no obstante mi buena voluntad. Me perdí y llegué tarde a casi todos los eventos que me había apuntado, o había demasiada gente.
Así que pensé que si debía perderme por la feria mejor no dejar pasar más tiempo. Estudiando detenidamente el mapa decidí dar literalmente una vuelta al mundo por los stands jugando a reconocer estilos y encontrar diferencias entre las editoriales.
La vuelta al mundo en 1400 expositores |
Después de dos horas entre libros, y controlándome para no meter mano demasiado a mis ahorros, ya estaba nuevamente animada y súper entusiasta. Porque la verdad es que ¿cuándo tienes otra ocasión de ver de cerca lo que pasa a nivel editorial infantil en el mundo?
Si con internet y la globalización no se puede hablar propiamente de estilos nacionales en lo que se refiere a la ilustración, podemos reconocer algunas características comunes en las editoriales de distintos países. Las estadounidenses , por ejemplo, son en la mayoría muy comerciales, las portuguesas apuestan mucho por un estilo gráfico, las iberoamericanas , en general, prefieren lenguajes heterogéneos e innovadores. Las francesas saben encontrar como nadie ese perfecto equilibrio entre elegancia y modernidad. Después, he descubierto las editoriales coreanas , que me han sorprendido con sus publicaciones cuidadas de ilustraciones dulces y ensoñadoras. Aunque el estilo del dibujo es más tradicional, consiguen alejarse de una imagen de “pasado de moda” (algo que, por ejemplo, en las alemanas me parecía más frecuente).
Durante mi tour investigativo me paraba de vez en cuando a dejar mis tarjetitas de visita y mi librito de presentación, aprovechando para hacer preguntas y charlar un rato con los responsables de los stands. Sin darme cuenta había “entrado” finalmente en la feria y ya estaba contenta.
mi material preparado para la feria
Buscar libros interesantes de los que hablar, curiosear entre las ediciones más originales, estudiar las diferentes editoriales, es lo que más me apasiona y en este sentido la Feria del libro infantil de Bolonia es una ocasión única y fascinante.
Sin embargo voy a ser concreta: si eres ilustrador/autor y estás dando tus primeros pasos no creo que este sea el mejor lugar en el que conseguir resultados a nivel de contratación. Pero es un buen escenario en el que compararse con otros profesionales y entender si vamos por buen camino. En mi post precedente había hablado de dos actitudes, la del ilustrador explorador y la del ilustrador en plan guerrero, y según mi breve experiencia creo que lo mejor es seguir una de estas dos direcciones al 100%. Si quieres explorar, tómate tu tiempo y no te estreses, si quieres ir a por todas, organízate bien, escribe con una antelación de dos o tres meses a las editoriales y pide cita . También hay revisiones de portfolio abiertas a todos durante la feria, pero se llenan enseguida por lo que apuntarse en la lista de espera debe ser la primera cosa que hagas al entrar en la feria (si abre a las 9, pues a las 9 y tres minutos como mucho 🙂 ).
Si eres un futuro editor pues ¡disfruta! Estás en el país de las maravillas ... Prepárate una lista con tus editoriales favoritas, estúdialas y aprovecha para hacer preguntas y entender mejor cómo funciona ese mundo.
Al final, lo más importante que te puedes llevar a casa de esta experiencia es la sensación de ser parte de algo, de pertenecer a un grupo de personas que comparten pasiones y, en general, una visión del mundo similar, sobre temas como educación, arte, cultura. Todo lo que te absorbe en energías físicas, la feria te lo devuelve en energías intelectuales y estímulos, y no hay nada mejor que pedir. Ver tantos profesionales diferentes pero con un objetivo común, que es el de crear libros que tengan un valor especial, es mágico.
las ilustraciones de la Muestra Internacional se exponen sobre grandes mesas
Nuevas tendencias |
*en este post me refiero a la edición de la feria 2018
Por lo que se refiere a la Muestra Internacional de Ilustradores en sí, debo decir que me ha gustado, he notado una gran variedad de estilos interesantes. También he visto que se apuesta siempre más por la gráfica y los lenguajes vanguardistas. Aquí las opiniones son diversas, efectivamente una pregunta frecuente es si al final las ilustraciones expuestas son realmente para niños. Esta es una reflexión oportuna que me gustaría profundizar, ¿cómo se comunican estética y capacidad de lectura del público infantil?
Creo que muchos límites y categorías nacen de estructuras culturales, ¿quién puede decidir qué es para niños y qué no? A mí, por ejemplo, de pequeña me fascinaban obras de artistas que “para niños” propiamente no eran, y a partir de aquellas imágenes solía inventar historias en mi cabeza.
Pero la exposición que más me ha gustado ha sido la de Manuel Marsol, ganador en 2017 del premio Fundación SM y que este año presentaba las ilustraciones de su libro La leyenda de Don Fermín, de la misma editorial. Es un ilustrador que adoro porque tiene un estilo muy pictórico. Sus ilustraciones las realiza sobre madera y creo que expresan algo de universal, parecen casi retablos populares y llaman a la mente una forma de contar antigua y esencial. Asimismo su uso del color es excepcional.
la exposición del libro La leyenda de Don Fermín de Manuel Marsol
La ganadora de este año, Vendi Verni tiene también un estilo pictórico, más asimilable con tendencias contemporáneas. ¿Que entre tanto digital esté volviendo un cierto gusto por la gestualidad?
La ilustración ganadora de Vendi Vernic
Otra cosa que me ha parecido interesante es el espacio que se está dedicando a los libros informativos para niños, en particular en relación con el arte, la arquitectura y el diseño. En esta sección la feria del libro de Bolonia ha otorgado algunos premios, los títulos elegidos son muy curiosos y buenos ejemplos del potencial del libro infantil (Ana Garralón ha hecho una breve reseña de los ganadores de esta sección, yo no puedo añadir nada más 🙂 ).
Por último, te dejo aquí un resumen en tuits de la Revista Babar con todo lo mejor que ha pasado durante esta feria de Bolonia 2018 – porque un poco de mundanidad no viene mal…
Bueno, como habrás entendido ahora tengo mucho material por las manos así que espero volver muy pronto con novedades, ¡nos vemos por aquí!
un dibujillo dedicado a todos los jóvenes ilustradores sobrevivientes de la feria, en versión Potemkin 😀
Gracias Nina Laluna, este año no he podido ir a Bolonia y paseo virtualmente por la Feria a través de las reflexiones de los que habéis ido.
Un abrazo,
¡Gracias Eva 🙂 !
Gracias Nina. Estoy trabajando para ir a la feria el año próximo como exploradora. Me ha gustado mucho tu narración.
Hola Eliza,¡me alegro que mi post te haya sido útil!
Explorar es lo más divertido 😉
¡Mucha suerte con tu trabajo!
Hola me gusta mucho tu blog, estoy comenzando en este mundo de la illustración y en general, el dibujo, siento que contenido me aporta muchisimo y se nota que haces todo esto por amor al arte.
¡Muchísimas gracias Caro!Y mucho ánimo con tus primeros pasos 😉