Probar a pintar el agua puede ser un juego divertido, ¡este elemento nos ofrece una infinidad de posibilidades creativas!
Sigo aquí con la colección de libros editada por Bruno Munari, Dibujar, pintar, construir, dedicada a la didáctica infantil del lenguaje visual (después de hablar del cielo y del sol). La autora de este capítulo es Metta Gislon, artista y educadora, que nos invita a observar desde un punto de vista lúdico un elemento muy versátil como es el acuático.
Algunas técnicas: gotas de agua sobre acuarela, color en spray y papel de seda mojado.
El agua es indefinible: puede ser liviana como cuando sus gotitas vuelan al cielo para formar las nubes, otras veces es dura y sólida como el hielo. Puede ser impalpable como el vapor o pesada como un aguacero. Es incolora y suele tomar en préstamo el azul del cielo o el verde de los árboles. Tiñe los paisajes de blanco cuando nieva y se sube por los muros de las casa viejas y húmedas, privilegiando casas llenas de memoria.
Sobre la tierra el agua surca un retículo de venas palpitantes a través de ríos y canales y llena sus hoyos con lagos y mares.
Podemos utilizar los pliegues de un papel para hecer escurrir la tinta o salpicar con el agua y añadir el color que se extenderá por el recorrido húmedo. ¡Así obtenemos un río en perspectiva aérea!
Así que no tiene color, puede ser transparente o turbia, nunca está quieta… a ver… ¿cómo es esta agua? ¿Cómo la podemos dibujar?
Empecemos desde lo más simple: si queremos dibujar una gran extensión de agua bastará con trazar una línea horizontal y separar así el cielo de un mar calmo.
Con un poco de viento, el agua inmóvil se transforma en oleaje, las olas se pueden dibujar de muchas formas .
izda, gouache blanco sobre cartulina azul; dcha, pastel blanco sobre papel con textura y debajo collage.
Los acuarelistas japoneses han sido verdaderos maestros en este sentido. A pesar de la precisión y fineza de sus trazos, consiguen mantener en sus dibujos todo el dinamismo de las olas.
izda, Olas de Ogata Korin (fuente); dcha, Tsunami de Hokusai (fuente) y típico pattern japonés.
Las olas dan al agua su carácter.
Olas pequeñas y vibrantes nos hacen pensar en la brisa placentera de una tarde de verano, altas y violentas, se crean cuando mar y cielo se cabrean, en un día de tormenta, por ejemplo.
Dos torbellinos: izda, acuarela sobre pastel de cera transparente; dcha, lápiz blanco, sobre cartulina azul
El agua es energía muy potente, así que también se puede analizar por su fuerza y su movimiento, como hizo Leonardo Da Vinci en estos dibujos:
estudios de Leonardo da Vinci sobre el moviemiento del agua
El agua prefiere presentarse por sí misma, pues la técnica más versátil para pintarla es la acuarela, claramente muy indicada para resaltar sus trasparencias y sus brillos. Pero si queremos hacer un estudio podemos utilizar siempre el lápiz.
Dos estudios en lápiz de David Hockney (fuente img izda, fuente img dcha)
A través del agua podemos comprender mejor cómo funciona la luz y sus reflejos, y lo podemos hacer con solo dibujar una minúscula gotita.
Lápiz blanco para la luz y azul oscuro para las sombras, sobre papel azul
Si lo nuestro es la geometría y la repetición de patrones, entonces bajamos la temperatura: los copos de nieve son una maravilla de la naturaleza en cuanto a dibujo. ¡Pura inspiración para cualquier artista decorativo!
Podemos dibujar las geometrías de los copos con tinta y gran precisión. O recortarlos sobre un papel doblado, al abrirlo la simetría será perfecta.
También tenemos la lluvia. Dibujarla no es nada fácil.
Un truco que he descubierto en este libro es el de rasgar un papel pintado con un alfiler y con mucho cuidado. Este es el efecto: una lluvia brillante, de esa que da gusto sentirla en la cara (abajo a la izquierda).
Pero si la llovizna se trasforma en chaparrón, de esos que no ves ni torta, se puede utilizar un pincel con gouache blanco (arriba a la derecha).
David Hockney, Japanese rain on canvas, 1972.
Tras la lluvia el suelo se va secando poco a poco y se transforma en un espejo de luz…
Para este efecto solo necesitamos un papel blanco y pocas pinceladas rápidas con acuarela o tinta
Algunos hermosos ejemplos de como pintar el agua en el arte:
Claude Monet, Canal Grande de Venecia, 1908 (fuente). Nadie ha sabido estudiar todos los diversos matices de la luz a través del agua como lo han hecho los impresionistas. En este cuadro de Monet las dos dimensiones de Venecia, tierra y agua, están constituidas de la misma materia brillante, y se reflejan mutuamente.
Joaquín Sorolla, Corriendo en la playa, 1908 (fuente). El mar de Sorolla es exactamente el de mis recuerdos de vacaciones 🙂
David Hockney, A bigger splash, 1967 (fuente). El agua es sin duda el sujeto favorito de Hockney, y en particular el azul perfecto de las piscinas. Me parece muy interesante comparar sus estudios (que has visto más arriba) con su obra final.
Hermoso artículo! Disfruté tu forma de contar así como las diferentes técnicas para dibujar la lluvia.. me encantó!!!
Me gusta.
hermoso!
Lindo lo que has hecho!!!