Cerca de mi ciudad, Treviso, hay un pueblecito lleno de magia, llamado Sarmede, que cada verano es meta de peregrinaje para centenares de ilustradores.
Aquí se encuentra la Escuela de Ilustración de la Fundación Stepan Zavrel, dedicada al famoso ilustrador checo, que abrió sus puertas en 1988.
Zavrel fue un artista siempre atento al valor artístico y educativo del álbum ilustrado, capaz de identificar en la experiencia creativa y en el valor de la imaginación nuestra mejor herencia para el futuro.
Del Museo Zavrel, algunas obras del ilustrador:
Y bueno, la semana que viene, yo también iré de peregrina para hacer un curso con el ilustrador Jesús Cisneros. Así que por algunos días el blog estará de vacaciones, pero, en cuanto vuelva, me encantará contarte cómo me lo he pasado. No es mi primer curso, en 2014 hice otro, con Svetlan Junakovic y fue una experiencia muy enriquecedora, pero también muy dura. Creo que a los ilustradores de vez en cuando puede venir bien este esfuerzo, salir de la habitación para trabajar en el aula, ocho horas al día, con más gente creativa de la que aprender.
El tema del curso de Cisneros me pareció muy interesante: focalizarse en el proceso que lleva una idea visual del cuaderno de bocetos a la ilustración de un libro. Es necesario, de cuando en cuando, volver a las bases y reflexionar sobre el propio método.
cuaderno de Jesús Cisneros
Aparte de la escuela, la fundación también organiza la Muestra Internacional de Ilustración, Le immagini della fantasia, exposición de referencia en el sector, que este octubre celebrará su edición 36. Los artistas que exhiben son siempre de fama internacional y cada año un país es el invitado de honor, con una muestra especialmente dedicada. El 2017 fue el año del Japón, maravillosamente representado a través de las ilustraciones de Philip Giordano. El inmenso imaginario japonés traducido en las geometrías y colores saturados de Giordano, era realmente bonito.
También pusieron a disposición del público algunas publicaciones no editadas en Europa y, bueno, al final me pasé media tarde entre las páginas de los libros de consulta, sin entender una palabra, claro. Pero es que las ediciones ilustradas japonesas tienen un encanto especial.
El espacio de la muestra es pequeño pero la organización es excelente, se pueden ver los originales junto a los libros publicados, lo que permite también hacer una comparación entre lo que las ilustraciones comunican dentro y fuera del libro para el cual se crearon.
Estoy ya deseando descubrir cómo será la próxima muestra, sé que el país elegido es Irán, así que no hay duda de que ¡también será una maravilla!
Además, la Fundación organiza talleres para niños en paralelo con la muestra, una estupenda forma de acercar los pequeños a la literatura infantil y al arte, haciendo de toda experimentación creativa un juego.
Arcadio Lobato, ilustrador español discípulo de Stepan Zavrel (fuente imágen)
En mis primeras prácticas universitarias ayudé en la organización de los talleres ocupándome de las reservas, y aún me acuerdo de las caras de los padres al salir, ¡quizás más ilusionadas que las de los niños! (y seguramente muuucho más relajadas que al entrar 😉). La primera vez que fui a Sarmede yo también era pequeña, pero se me quedó grabado en la memoria, para los niños es realmente un lugar mágico.
Stepan Zavrel no se limitó a sembrar la semilla para que la fundación pudiese crecer, ampliarse, inspirar – en un lugar perdido entre bosques y colinas- sino que cambió radicalmente el aspecto del pueblo, pintando las paredes de las casas con preciosos frescos. Hoy se conoce a Sarmede como el “pueblo de los cuentos” y las casas contribuyen con sus muros ilustrados a crear un entorno de fantasía.
Algunas fotos de Sarmede de la Fundación:
…cuando el cielo está despejado se puede ver Venecia desde las colinas alrededor de Sarmede…
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Así que ¡nos vemos en dos semanas! Yo ya voy preparando la mochila 😊 ….
aquí los cursos de la Fundación Zavrel
