He tenido la suerte de encontrar, durante uno de mis vagabundeos por librerías, esta joya de libro que es Waterlife, de Rambharos Jha, y, con mucha ilusión, comparto este descubrimiento por aquí.
En estas últimas dos semanas he estado bastante ocupada con colaboraciones y proyectos externos, y no he tenido mucho tiempo para el blog. Pero cuando estoy agotada con demasiadas cosas en las que pensar, lo que me viene bien es sentarme y pasar las páginas de un libro con bonitas ilustraciones. Un buen libro ilustrado es para mí una pausa en el frenesí de la vida cotidiana, el arte siempre te permite tomarte tu tiempo y ponerte en contacto con tu yo más profundo, con tus experiencias y tus recuerdos. En este caso, con mi otoñal nostalgia del mar 🙂
Pasar una página tra otra solo admirando las ilustraciones es relajante. Y también es una buena manera de recuperar energías e inspiración, cuando nos sentimos un poco apagados por los deberes del día a día.
Por esta razón he decidido publicar una entrada más bien silenciosa y contemplativa, dejándome llevar por las hermosas imágenes de Rambharos Jha.
Este artista se inspira en el arte de las mujeres de su tierra, Mithila, región del estado de Bihar en noreste de la India. El arte mural de Mithila se practica desde hace siglos como decoración durante los festivales, y solo desde los años Setenta se ha empezado a llevar esta maravillosa tradición sobre papel, para conservarla y difundirla.
En Waterlife, publicado por Tara Books – editorial india que es toda una maravilla- en edición limitada de 3000 copias, el artista nos desvela la belleza del mundo acuático a través de resplandecientes colores e hipnóticas geometrías (desafortunadamente la pantalla no le rinde justicia). El libro está realizado totalmente a mano: pasando las gruesas y ásperas páginas se percibe el olor a tierra y bosque de las tinturas tradicionales indias.
En su síntesis pictórica, Rambharos Jha nos hace descubrir su antigua cultura artística y el encanto que surge directamente de la naturaleza, y del mundo acuático en particular. Solo hay que perderse en sus ilustraciones.
Y si es verdad que la belleza es lo que enciende el deseo, y el deseo es lo que activa la voluntad, espero que libros como este sean capaces de hacernos más atentos y sensibles. Más conscientes de la fragilidad de nuestros ecosistemas naturales, entre todos el ecosistema marino, hoy en día profundamente en peligro.