Continuando con el tema de ver las cosas desde una perspectiva diferente, hoy quiero hablar de un ilustrador tan inspirador como Christoph Niemann.
Ningún descubrimiento, es uno de los diseñadores más famosos del planeta, que colabora con periódicos como el The New Yorker y el New York times.
Asimismo ha publicado libros para niños (y adultos) que considero geniales, como The legend of the Potato King, que en cuanto lo ves te entran de golpe ganas de pelar patatas y coger pinceles, o Subway, que responde a la pregunta ¿viajar en metro puede transformarse en una aventura? Desde el punto de vista de un niño ¡claro que sí! 🙂
Lo mejor de la obra de Niemann es que representa conceptos de una forma muy esencial y directa, siempre con un toque irónico, y su mensaje inmediato es capaz de llegar a todo el mundo.
En el imperdible documental de netflix Abstract. The art of design, nos presentan a diseñadores de fama internacional. El primer capítulo está dedicado justo a Niemann, que en unos 45 minutos nos habla de su trabajo y proceso creativo.
Principalmente emerge la destreza del ilustrador para convertir en arte cualquier objeto extraído de lo cotidiano, algo que te hace pensar “¿pero de dónde lo habrá sacado?”. Como el mismo autor afirma, es importante entrenar la mirada a jugar con las perspectivas y a estilizar las formas. De este modo un pincel se transforma en una falda – por ejemplo – o dos plátanos, en el trasero de un caballo.
Como decía, genial. Y a cada minuto que pasa del documental no puedes evitar quedarte todavía más fascinado por su trabajo, y por su capacidad de expresarse a través de imágenes simples y divertidas.
Pero lo más interesante es como Niemann explica el concepto de inspiración. Es decir, la capacidad de mantener la mente abierta y flexible. De esta necesidad nace su proyecto en instagram Sunday Sketches, que ahora se ha transformado en un libro. Reservarse un tiempo solo para experimentar, sin fechas de entrega ni exigencias por parte de clientes, es la mejor manera de mantener la creatividad en ejercicio.
Y además, es una forma de enfrentarse a la “paradoja del genio” que todo creativo con éxito padece: el temor a haber agotado la inspiración y las ideas. Como todo trabajo el proceso creativo se construye sobre pruebas y errores, esperar la tan deseada musa no sirve de nada, solo hay que empezar a hacer. Por esta razón es más difícil y frustrante de lo que uno piensa, porque es un juego de fuerzas en el que te enfrentas solo contigo mismo. Pero, al final, como dice Niemann, explicar el mundo en pocas líneas sobre papel es una emoción que bien se acerca a la felicidad. Así que todo el esfuerzo vale la pena 🙂
También me ha gustado mucho la idea de Niemann de que vivir el arte crea dependencia. Es una idea muy democrática porque engloba a todos los que disfrutan del arte, ya sean artistas o espectadores. El proceso creativo se convierte así en un diálogo en el que artista y público contribuyen en igual medida al éxito de la obra. Por lo tanto nutrirse de arte es necesario y aconsejable para todos, ya que mejora la intuición y la imaginación, estimula la curiosidad y abre nuevos puntos de vista sobre la realidad.
Pero, cuidado, ya lo decía Niemann, es algo que genera adicción 😉
*todas las imagenes de este artículo son de Christoph Niemann