Dibujar el sol es algo intuitivo y simple. En los dibujos de los niños casi siempre hay muchísimos soles, bolas amarillas o anaranjadas, grandes o pequeñas, algunas con ojos y una enorme sonrisa.
Aunque aparentemente se trata de dibujar un círculo, la forma geométrica más simple, es también un sujeto que nos puede inspirar desde diferentes puntos de vista. Bruno Munari dedicó al sol uno de sus libritos de la colección Dibujar, pintar, construir (por el momento no está editado en castellano, aquí te dejo el enlace a la edición inglés), porque pensaba que por cuanto fácil parezca pintar este astro que ilumina la Tierra, en realidad no es para nada banal.
Así que aquí estoy yo, después de haber explorado el cielo, siguo con curiosidad las huellas de este gran maestro creativo 😊.
Primero, para dibujar el sol, como cualquier cosa, hay que ser muy buenos observadores. Bueno, en este caso no en sentido literal, si no queremos quemarnos los ojos. El sol es para todos los seres vivientes energía vital, pero en realidad no lo podemos mirar directamente, ni fijarnos en él como hacemos con la luna. Así aparece el sol cuando intentamos mírarlo con los ojos entreabiertos:
El sol es una enorme bola de fuego, una masa de gas incandescente en continua rotación, si por una parte representa la luz, por la otra también denota un carácter de peligro y muerte porque nos puede abrasar.
Pensar en el sol nos hace reflexionar en cuánto las dimensiones sean relativas, su diámetro mide más de un millón de kilómetros, en comparación nuestro globo terrestre es un puntito diminuto. Podemos dibujar el sol tan grande como queramos que nunca lo será demasiado.
Pensamos en el sol como un disco plano redondo, un balón amarillo o un agujero de luz en el cielo, pero también podemos representarlo como una superficie en llamas y en ebullición. Como escribe Munari:
tal vez ocurre que el sol coge a la luna entre sus brazos en llamas
Es el eclipse, cuando la luna se interpone entre nosotros y el astro, cubriendo su brillo.
Entonces también podemos pintar el sol de negro, porque así lo vemos durante el eclipse, todo tomará bajo esta luz un aire surreal y misterioso.
Eclipse de Peter Rotowsky
Efectivamente el sol no tiene un color uniforme, está lleno de manchas. El primero que las descubrió fue Galileo con su telescopio, y probó a dibujarlas:
izda, dibujos de Galileo; dcha, un antiguo sol con sus manchas
En la antigüedad vemos muchas representaciones del sol con sus manchas y sus llamas, con la intención de dar una visión más científica del astro.
Desde siempre la humanidad siente una incontrolable fascinación por la inmensa energía que el sol desprende, y ha encontrado muchas maneras diferentes de expresarla. Aquí algunos soles célebres:
izda, hermoso sol de Joan Miró; dcha, (alto) un sol-círculo rojo o…la bandera de Japón, (bajo) sol sonriente de Antonio Frasconi
dos soles muy expresivos: izda, Sofu Teshighara, dcha, André Masson
el inolvidable sol de Olafur Eliasson para la Tate Gallery de Londres (fuente)
Otro elemento importante a tener en cuenta cuando dibujamos el sol es la altura a la que lo representamos, porque ésta determina las sombras de los objetos sobre el terreno. Por la mañana y por la tarde las sombras son largas, porque el sol está bajo, al mediodía las sombras son cortas, aún más si es verano porque el sol está justo encima de nuestras cabezas. Así podemos entender que hora es solo con mirarlo.
Amanecer y atardecer son las dos caras del mismo fenómeno, la Tierra que gira en torno al sol. Cuando lo vemos ocultarse en el horizonte, la otra mitad del mundo lo observa aparecer detrás de los árboles. El amanecer tiene tintas más suaves, con rosas y dorados, el crepúsculo prefiere colores fuertes y saturados, como rojo, naranja, fucsia y bronce.
Cuando se dibuja una puesta del sol se suele ocultarlo entre dos montañas, o hundiéndose en el mar. Sin duda es muy romántico, pero hay muchos más sitios en los que el sol se puede esconder: detrás de las casas, entre los árboles, detrás de una persiana…
sol detrás de una persiana de la casa de Bruno Munari
Hay un sol perfecto para cada momento: el sol anaranjado de un atardecer nostálgico, el dorado de una tarde de primavera en el campo, el sol enorme y blanco de una mañana ardiente en la playa, el sol tan esperado que sale detrás de las nubes después de un día de tormenta…
Y si ya no te apetece dibujar, puedes siempre salir ….a tomar el sol 😎
La próxima vez, ¡seguimos con el agua!