El coloquio de los pájaros es un hermoso libro de Peter Sís, editado en español por Sexto Piso Editorial, un título acertado para despedir el verano que se va y acoger el otoño que llega. Un libro que habla de búsqueda, trasformación y del largo viaje que todos debemos emprender para conocernos mejor.
Peter Sís, cineasta e ilustrador checo (1949), residente en Nueva York ya desde hace años, ha conseguido en esta obra hacer una maravillosa adaptación gráfica del poema persa El lenguaje de los pájaros, escrito en el siglo XII/XIII por el poeta sufí Farid Udin Attar.
Imagen de un manuscrito del poema de Attar, conservado en el MET Museum de Nueva York
Attar es uno de los escritores persas más reconocidos y ha tenido gran influencia también en la cultura occidental, el mismo Borges menciona al ilustre pensador sufí en su Libro de los seres imaginarios y, anteriormente, en El acercamiento a Almotásim. Sin olvidar al famoso espectáculo teatral de Peter Brooks, que lleva el mismo nombre del libro.
La adaptación de Sís es, en primer lugar, un homenaje al mismo Attar, a la cultura persa y al inestimable valor de la figura del poeta en la sociedad. Al abrir el libro, asistimos de inmediato a una metamorfosis: el poeta Attar, después de un sueño intranquilo, se despierta una mañana convertido en abubilla (¿quizás el mismo sueño intranquilo que despertaría a Gregorio Samsa en una Praga fría y gris de algunos siglos más tarde?).
Así, convertido en ave, el poeta llama a coloquio todos los pájaros y les muestra una espléndida y misteriosa pluma aparecida en un lugar remoto de China, una prueba tangible de la existencia del rey de las aves denominado Simurg.
La abubilla se dirige entonces a sus plumados compañeros para denunciar todos los males y las desgracias del mundo, y les advierte de la necesidad de ir a buscar al rey Simurg en la montaña de Kaf, ya que solo él tiene las respuestas que pueden salvarles.
Empieza así la hazañosa aventura de las aves: treinta mil salen a la búsqueda del rey, pero solo llegarán treinta, dado que el camino se presentará lleno de imprevistos y obstáculos (de aquí el juego de palabras que el poeta hace con la frase persa sī murğ, que significa treinta pájaros).
El viaje narrado por Attar es claramente una metáfora del camino que cada hombre debe emprender para llegar a la sabiduría y la verdad. Un viaje alegórico y místico, en el que los pájaros se desplazan hacia todos los rincones del mundo, sobrevuelan los mares y atraviesan siete valles simbólicos, antes de enfrentarse al rey Simurg. Pasando las páginas del libro cruzamos el valle de la Búsqueda, el del Amor, el del Conocimiento, el del Desapego, el de la Unidad y el del Asombro. Sís caracteriza muy bien los diferentes valles en sus ilustraciones a doble página, cada uno de ellos se define por una particular gama cromática y tiene su ingreso en un laberinto.
Algunas aves desisten, otras perecen, otras pierden confianza, pero finalmente treinta de ellas consiguen llegar a la montaña del Kaf para descubrir que el rey no es sino un espejismo que les devuelve su propia imagen. Todos ellos son el gran rey Simurg.
Peter Sís encuentra en esta historia un bonito mensaje alegórico para invitarnos a ser más perseverantes y a buscar las respuestas y la fuerza en nosotros mismos, no solo como individuos, sino como parte de una colectividad.
Si bien el proyecto ilustrado nace como un álbum para niños, está claro que este cuento no tiene edad y el imaginario de Sís solo es una de las posibles vías para adentrarnos en la historia. En su trazo buscamos los indicios para descubrir nuevas claves de lectura, salimos del marco del libro para perdernos en misteriosos mapas y observar el mundo desde la perspectiva aérea de las aves. Casi nos parece pasar las páginas de un manuscrito y tocar con mano ilustraciones sin tiempo. Hasta nos trasmiten una cierta textura: las manchas, las rugosidades del papel sobre el que Sís dibuja y los colores térreos, nos hacen pensar en un libro emergido de debajo de la arena.
Sentimos el vértigo del vuelo, pero también el privilegio de ver las cosas desde una perspectiva diferente. Porque emprender este viaje -que sea la vida, el crecer, un cambio, etc – es necesario y maravilloso, puede dar miedo, pero al fin y al cabo en esta aventura no estamos solos.