Después de la magía de la escritura, esta vez hablo de otro aspecto del diseño editorial y lo hago a partir del libro El zorro y la estrella, de la diseñadora inglesa Coralie Bickford-Smith, editado por Nube de Tinta (*las fotos son de la edición en italiano que es la que yo tengo, pero es igual a la española).
En esta obra la estética cuidada y elegante es seguramente lo que a primera vista llama la atención, a partir de la cubierta decorada con delicados dibujos blancos sobre fondo de tela azul, que es un placer tener entre las manos. Nos recuerda esas ediciones antiguas en las que el cuidadoso trabajo artesanal hacía de un libro un objeto de valor y para el que siempre se encuentra un pequeño espacio en nuestra librería.
El texto es sencillo y poético, para escribirlo la autora se inspiró en la poesía Eternidad de William Blake, artista del romanticismo y simbolismo inglés. Este guiño nos deja claro que el libro está pensado también para un público adulto, ya que un niño obviamente no puede conocer la referencia. La historia se hace así poesía visual con sus metáforas y símbolos para dejar libre la imaginación de interpretar . Pero también es un bonito cuento para niños (y en las librerías lo encontrarás bajo esta categoría), en el que un pequeño zorro debe aprender a vencer sus miedos y vivir sin la compañía reconfortante y luminosa de su amiga estrella
Lo que a mí me gusta más de este libro es su capacidad de narración visual. Jugando con los elementos del lenguaje gráfico, Coralie Bickford-Smith consigue dar un ritmo a la historia independientemente del texto . El estilo de la ilustración llama a la memoria las decoraciones del art noveau donde el elemento natural se vuelve motivo estético.
Y siempre con deuda a este movimiento artístico podemos apreciar la importancia dada al marco como elemento gráfico, el interés por los patrones repetidos y la atenta combinación cromática.
En particular, la paleta de colores limitada ha sido utilizada en función de las emociones que toman parte en la historia, jugando entre contraste y armonía. Así el bosque se tiñe de gris y de negro cuando representa un lugar desconocido, de azul y rojo cuando cobra vida y se transforma en el lugar seguro en el que el pequeño zorro juega, caza, experimenta.
Es una forma visual muy acertada de representar la luz de la estrella no solo en su aspecto físico, sino también psicológico.
el pequeño zorro sin encontrar a su estrella se tumba en el suelo para descansar…
…pero algo pasa y el cielo vuelve a iluminarse
Coralie utiliza los patrones, elementos típicos del diseño decorativo, para representar el mimetismo de la naturaleza, como cuando vemos los conejos que se esconden entre la hierba para no ser vistos por el zorro.
Podría ser perfectamente una fantasía para un vestido ¿no? Pero en este contexto adquiere un sentido narrativo, una solución gráfica muy interesante.
Otro aspecto curioso es el uso expresivo del marco: en algunas páginas ilustración y texto están contenidos en un marco blanco, en otras se extienden en toda la doble página. Es un cambio de enfoque casi cinematográfico. En algunos momentos vemos con los ojos del zorro en otros la “cámara” hace un primer plano sobre él, de este modo se puede conseguir una acentuación dramática y evitar que las ilustraciones en secuencia sean demasiado decorativas y poco expresivas. Un expediente para dinamizar la narración y crear empatía entre el lector y el pequeño protagonista.
La autora también juega con los límites del cuadro, y para enfatizar algunos elementos y crear una sensación de mayor movimiento los hace salir del marco. Este juego entre el dentro y el fuera de la escena enmarcada crea una cierta complicidad con el lector.
Sin salir de su lenguaje propio, que es el del diseño gráfico, Coralie Bickford-Smith nos enseña el potencial expresivo que se puede conseguir a través de una atenta construcción narrativa, poniéndose completamente al servicio de la historia que, al fin y al cabo, es el primer objetivo de la ilustración editorial.