Hay algo que todos los ilustradores del mundo mundial sueñan, y es…ser seleccionados a la Bologna Children’s Book Fair. Un evento entre los más renombrados a nivel internacional, que este año celebra su  edición número 55.

Aún falta para que la muestra abra sus puertas, pero la semana pasada se publicó la lista de los “elegidos” …o sea, de los ilustradores que verán sus obras expuestas durante los cuatro días de la feria, del 25 al 29 de Marzo. En realidad no tenía pensado escribir nada sobre el tema, por lo menos con tanta antelación, pero leí un artículo sobre el trabajo de selección del jurado y me pareció interesante la posibilidad de echar un ojo al backstage del evento.

 

Bologna Children's Book Fair-seleccionados

 

Entender cómo funciona la Bologna Children’s Book Fair puede ser de utilidad para quien decida participar en las próximas ediciones, o para los más curiosos, porque de esta exposición salen cada año los nuevos protagonistas del panorama internacional de la ilustración infantil. Así que comparto por aquí alguna información 😉 .

El jurado de esta edición estaba formado  por Anastasia Archipova, ilustradora, gráfica y profesora rusa; Peggy Espinosa, editora mexicana de Petra Ediciones; el ilustrador inglés William Grill –el más joven ganador del Kate Greenway Award; Allyn Johnston, fundadora de la Beach Lane Books; y Bernd Mölck-Tassel, profesor de ilustración de la universidad de ciencias aplicadas de Hamburgo.

 

Bologna Children's Book Fair-jury

Los jurados, desde izquierda: Espinosa, Grill, Arkipova, Mölck-Tassel, Johnston

 

Solo menos de 80 ilustradores, de los 3053 participantes, pasan la selección. Una tarea difícil, y aún más si pensamos que de todas formas una exposición colectiva debe ser capaz de expresar una unidad y coherencia interna.

 

¿Cómo no naufragar en este mar de dibujos?

Hay una primera fase a la que se denomina fase del post-it: cada jurado tiene un bloque de papeles de un color, y tiene que dejar su papelito sobre las ilustraciones que le llamen inmediatamente la atención, aquí entran en juego gustos y emociones personales, y el impacto visual de cada imagen. Los dibujos que reciben un papel de cada color (lo que significa que han sido elegidos por todos los miembros del jurado) pasan la primera selección y definen el estándar de toda la exposición. Cada miembro del jurado tiene incluso la posibilidad de utilizar un comodín para elegir un ilustrador preferido sin derecho a réplica por parte de los demás.

Con personalidades y experiencias profesionales tan diferentes, la colaboración y el diálogo son los presupuestos necesarios para llegar a un resultado coherente y sólido. De la integración de estas cinco miradas debe formarse la personalidad fuerte y única de toda la muestra.

 

El jurado también definió cinco puntos clave a tener en cuenta durante el proceso de evaluación de los trabajos:

  1. El aspecto innovador y el lenguaje moderno.
  2. El talento individual, que consiste en ser capaces de transmitir emociones y una visión personal.
  3. La técnica y el cuidado en la elaboración.
  4. La coherencia interna y narrativa.
  5. Privilegiar como destinatario un público infantil, aunque no de forma exclusiva.

 

Bologna Children's Book Fair-Monika Vaicena

Ilustración de Monika Vaicenaviciene, Lituania, entre las obras seleccionadas

 

Así que en la selección de mágico y divino –afortunadamente- hay poco, lo que sí hay es profesionalidad y también un poco de suerte, porque al fin y al cabo cada jurado es único y desarrolla su esquema selectivo. Saber el largo y cuidadoso trabajo que el jurado desarrolla durante solo tres días, al contrario de desmotivar, debe hacer pensar a la atención con la que cada obra ha sido revisada. Y con el nivel de los profesionales que cada año son invitados a formar parte de la comisión, que te revisen tus obras es todo un privilegio. Esto debería motivar a cualquier ilustrador a participar, pero también a hacer un autoexamen y entender si su propio trabajo es lo suficientemente maduro.

Con este propósito pueden ser útiles los consejos que los mismos miembros del jurado ofrecen a todos los “jóvenes” ilustradores:

>>  Arkhipova invita a trabajar con la cabeza y con el corazón;

>> Johnston a tomarse riesgos y a creer en nuestras capacidades;

>> Grill advierte de no seguir esas modas que muchas veces llevan un ilustrador a realizar trabajos sin fuerza y poco auténticos;

>> Mölk-Tassel sugiere tener muy claro lo que se quiere decir y no para nunca de mejorarse,

>>  Y, en fin, Espinosa recomienda mirar a la historia del arte y tener como referencia también lo vivido personal de cada uno, sus experiencias que lo hacen único.

[El artículo de donde he tomado las fotos y recogido la información para este post ha sido escrito por Severino Colombo  y aparece en la edición de La Lettura del Corriere della Sera #320 ]

 

Bologna Children's Book Fair-andrea peklar-slovenia

Ilustración de Andrea Peklar, Eslovenia, entre las obras seleccionadas

 

Si te interesa saber más sobre la vida de un jurado de la Bologna Children Book’s Fair, te recomiendo que leas el diario de los tres días como jurada  (en inglés), de la ilustradora, autora y crítica, Anna Castagnoli. Que describe con detalle el duro trabajo, pero también la emoción, de  realizar la selección de los ilustradores de la muestra (participó como jurada en 2014). En particular me gusta mucho cuando explica que  es muy importante que las ilustraciones nos trasmitan la sensación de poder entrar en ellas, de constituir un pequeño universo coherente y autónomo. .

Esto nos enseña cómo la mirada personal y la voz propia son los elementos más importantes a la hora de crear. Ser auténtico es el primer objetivo de un artista y, contrariamente a lo que parece, es el más difícil de conseguir, hay que practicar, practicar y… practicar  🙂 .

 

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