Keri Smith es una artista canadiense que ha basado todo su trabajo en investigar sobre el proceso creativo. Sus obras literarias son reconocidas en todo el mundo y en ellas la autora busca siempre una interacción activa con el lector. Funcionan como compendios de ejercicios rápidos e intuitivos para entrenar nuestra mente creativa y dejarnos llevar por la imaginación, sin reglas ni preconceptos. Son muy liberatorios, ¡comprobado! 😉
En mi sección sobre la creatividad no podía entonces faltar una mención a esta artista tan carismática y estimulante.
A parte de sus manuales prácticos, Keri Smith también ha escrito un verdadero manifiesto teórico de su forma de entender la creatividad, La sociedad errante, en el que, como indica el título, fundamental es el acto de “errar”. Es decir, de deambular, de explorar sin planificación ni objetivo, manteniéndonos totalmente abiertos a lo desconocido:
El errar es un estado de ánimo así como un acto físico. Puedes elegir adoptarlo siempre que lo necesites. Implica una inmersión plena en la situación en curso, una disposición a estar abierto a lo que surja, a lo que te encuentres en cada momento. Es existir en un estado de ingenuidad en el sentido más genuino del término, sin presuponer nada sobre aquello que observas.
Los errantes son así una comunidad de personas que comparten una forma de entender el mundo de manera creativa y tienen una misión muy importante:
A los errantes les corresponde transformar la ciudad en algo que despierte la imaginación.
Abril es el mes de la creatividad, a ella hay un día dedicado, el 21. Pero también nos lo recuerda continuamente la naturaleza con sus árboles en flor, la explosión de colores, de perfumes, la luz más brillante. Entonces ¿qué mejor momento para empezar con los buenos hábitos de Keri Smith?
Si bien ya conocía Keri Smith de nombre, (de ella ya te hablé un poquito aquí), esta semana me he regalado su manual Como ser un explorador del mundo, y estoy esperando el próximo puente de vacaciones para poner en prácticas los 59 ejercicios de exploración que nos propone el libro, (bueno, quizás me dé para dos puentes 🙂 ).
Lo importante es aprender que en cualquier momento y en cualquier lugar, estamos rodeados de cosas que merecen nuestra atención.
Cada explorador necesita en primer lugar de un método que se compone de seis fases: observar, coleccionar, analizar, comparar, notificar, hacer conexiones. Lo más increíble es que artistas y científicos utilizan el mismo método.
La creatividad no entiende categorías, es simplemente un proceso que hay que alimentar (¿te acuerdas de cuando hablé del libro Lo que imagina la curiosidad? La mirada científica y la artística se complementan perfectamente).
Principalmente lo que debemos aprender es a reconocer el valor de las cosas, a poner a prueba nuestro gusto, si algo nos llama la atención hay que guardarlo en la memoria, pero también lo que nos desagrada merece ser analizado.
Un explorador colecciona datos, los analiza y los ordena. Así es capaz de reorganizar todas sus experiencias en núcleos significantes.
Este curioso librito nos ofrece también una interesante reflexión sobre el significado del arte y del museo en sus orígenes. El subtítulo de la obra efectivamente es museo de vida portátil, porque el libro quiere ser nuestro personal museo, con una colección única de todo lo que hemos vivido, de lo que queremos recordar y de lo que deseamos mostrar a través de nuestro intimo punto de vista.
La raíz indoeuropea de arte es ar– que une todas esas palabras con el significado más general de componer, articular, montar. Pues lo primero que tenemos que hacer para liberar nuestra creatividad es abrir los ojos, hacer pruebas y cambiar de perspectiva.
La vida al fin y al cabo es un experimento.
Y recuerda:
La belleza de la casualidad. De buscar una cosa y hallar otra. De tropezarte con algo cuando menos lo esperabas. El libro del estante al lado del que tú querías. Oír sin querer una conversación interesante. Hallar un lugar especial donde sentarte. Justo en el sitio adecuado. Ver una puesta de sol increíble. Tropezarte con el pasaje perfecto en un libro. Descubrir un lugar donde te gustaría tomar el té. Dar un rodeo y contemplar una vista diferente. En inglés, el término happenstance (casualidad) es una combinación de happen(suceder) y circumstance (circunstancia). Encontrar o toparse con algo por azar. Sólo puede suceder si creamos la oportunidad de que aparezca.
Keri Smith