La trilogía del límite de Suzy Lee (publicado por Barbara Fiore Editora), es un libro imprescindible para todos los apasionados y curiosos del álbum ilustrado. Es, a decir la verdad, un libro inclasificable, aunque yo lo he colocado entre mis manuales favoritos de teoría del álbum ilustrado.
Para mí Suzy Lee es una referencia total, por su capacidad narrativa y su dibujo simple y expresivo.
Precedentemente hablé en el blog de su última obra, Líneas, y ahora que finalmente he leído su Trilogía del límite quiero compartir algunas reflexiones aquí, porque son realmente iluminantes. Este es un ensayo que reúne tres libros de la autora: Espejo, La ola y Sombras. Los tres álbumes son sin palabras, la protagonista es la misma, pero, técnica y formato del libro son muy diferentes. Son claramente libros independientes entre sí, pero se definen juntos como trilogía porque los tres corresponden a diversas fases de una misma investigación llevada a cabo por Suzy Lee.
Al centro de la reflexión de la autora está el libro, como objeto y como medio narrativo. En La trilogía del límite encontramos entonces las reflexiones, las notas, las preguntas de la autora, y una espléndida visual sobre el proceso creativo de esta ilustradora.
Del libro La ola
Todo empieza con la pregunta de parte de un librero a Suzy Lee, en referencia a su libro La ola: esa doble página en la que parte de la niña desaparece en el pliegue central ¿era un fallo de imprenta?
Pues no, no hay ningún fallo, sino todo lo contrario, esa particular disposición de los elementos visuales es el resultado de una intención bien clara.
El libro es un medio a través del cual podemos entrar en una historia, pero también es un objeto con una fisicidad y un lenguaje propio que se puede descifrar si se saben algunas normas de base, como, por ejemplo, el orden de lectura (que en occidente es de izquierda a derecha).
Otra de estas reglas no escritas es que en proximidad del pliegue central de la doble página no se debería dibujar para no interferir en la lectura. ¿Pero qué ocurre si nos saltamos esta regla? ¿Y si sacamos provecho del pliegue y lo usamos como elemento narrativo?
Del libro Espejo
Espejo, La ola, y Sombras son un experimento en torno a esta idea: las dos páginas corresponden a dos dimensiones, una es la realidad, la otra es la imaginación. El pliegue es entonces un pasaje entre estos dos espacios.
Suzy Lee en su trilogía nos da unas claves de lectura que nos hacen volver a abrir sus libros como si fueran preciados cofres de un tesoro secreto. Sus historias nos invitan a la maravilla y al juego. Ya lo he dicho al principio, es realmente una autora excepcional.
También me parece interesante la forma diferente de interactuar de grandes y pequeños con los libros de Lee, si consideramos la libertad que ofrecen sus álbumes sin palabras. Los niños abren el libro y empieza un juego, lo cierran y el juego se acaba. Los adultos sin embargo buscan algo más en la historia, con un poco de atención comprenderán que hay algunos temas recurrentes, como, por ejemplo, la introspección, el encuentro con el propio yo y la inquietud que de este encuentro puede producirse. Claramente este ensayo de Susy Lee se dirige a un público adulto, las explicaciones son siempre para los mayores, que necesitan entender la historia para disfrutarla. Pero en mi opinión la autora consigue algo excepcional, hay un momento en el que pasando las páginas la participación de adultos y niños coinciden, a un cierto punto las dos partes “entran” en el juego.
Del libro Sombras
En los libros de Susy Lee descubrimos que no hay nada al azar, todo detalle tiene un significado, pero no por esto el azar no juega un rol importante durante el proceso creativo. En un segundo momento el proceso se depura, se estabiliza y así nace el libro, obra total y síntesis de un pensamiento más profundo, que puede ser más o menos consciente pero, eso sí, ordenado. Para mí es pura alquimia, solo hay que encontrar la fórmula más adecuada a lo que buscamos, y para eso hay que ir probando y experimentando.
Si una determinada forma de arte puede contener una historia íntima, accesible, directa, portátil, asequible, que puede repetirse, fabricarse de forma masiva y es universal ¿es que hay algo mejor que eso? Pensé. No son más que las cualidades intrínsecas de un libro impreso.
Suzy Lee
En un cierto punto Suzy Lee cita al artista Marcel Duchamp con su puerta abierta/cerrada. Los dadaístas fueron maestros en entender que la creatividad empieza desde el juego y en cambiar puntos de vista sobre el medio de expresión.
El artista es quien busca la oportunidad de solucionar problemas o quien de forma voluntaria crea problemas que deben resolverse. Entonces Suzy Lee antes de crear se hace preguntas que nos hacen dudar de la idea de libro así como lo conocemos: ¿cómo participa el lector en la construcción de la historia? ¿Qué ocurre si añadimos una página totalmente en blanco? ¿Cómo se modifican los tiempos de la narración sin utilizar palabras? ¿Cuándo texto e imagen coinciden? ¿Qué pasa si abro el libro en otro sentido (como en Espejo)?
Sombras
Si hay algo que he aprendido de Suzy Lee es que los límites son muy interesantes y también necesarios en cualquier proceso creativo, solo hay que aprender a jugar a su alrededor 🙂
detalle de La ola