Hoy quiero hablar de un libro que considero imprescindible para todas las almas creativas y rebeldes, me refiero a Just Kids de Patti Smith, publicado en castellano como Éramos unos niños.

patti smith_just kids_el camino creativo

En este libro la cantante reúne sus memorias de juventud en Nueva York y habla de su profunda relación con el fotógrafo Robert Mapplethorpe. Es esencialmente una carta de amor al arte de los años Setenta en una ciudad que en ese momento vivía su más grande explosión creativa.

Patti Smith nos cuenta su viaje sola a Nueva York para emprender su camino de artista, su encuentro con Mapplethorpe, que se transforma en una visceral e inextinguible amistad, y nos retrata artistas y músicos que serán los protagonistas de la escena de la segunda mitad del siglo XX.

Es un libro que habla de búsqueda y de trasformación, en el nombre del arte y de la vocación personal, y del que me he acordado con cariño en estos días de rumbo perdido.

Buscar tu propio yo creativo es un viaje largo y difícil, muchas veces nos perdemos por el camino, nos olvidamos de nuestras fortalezas e intentamos cambiar, o seguir espejismos que no nos pertenecen.

Pero nos engañamos si pensamos que es un viaje en línea recta, hay que pensarlo más bien como una espiral, en la que seguimos cambiando y avanzando, lo que no impide que podamos perdernos en circulo y repetir los mismos errores. Pero cada vez seremos un poquito diferentes y las experiencias cambiarán con nosotros.

 

 Valor y determinación para definir el camino 

 

patti smith retrato by Claire Hatfield

Foto de Claire Hatfield

 

Volviendo al libro, creo que toca un tema clave en lo que se refiere al proceso creativo, y es el concepto del coraje, de ser valientes en nuestras decisiones. Trabajar sobre nuestra perseverancia, pulirla y reforzarla es algo muy difícil, pero nos llevará a forjar una poderosa herramienta que nos permitirá defender nuestros valores y nuestra esencia.

La suerte te puede dar una mano, pero luego hay que tener el valor de seguir por el camino que nos hemos prefijado.

En el libro, la artista no nos habla de un recorrido fácil y sin obstáculos, sino todo lo contrario: dormir por la calle, no tener dinero para la comida, la enfermedad, todas cosas que Patti Smith vive en primera persona pero que no la hacen desistir. Manteniéndose atenta a los mensajes del universo a su alrededor ella enfoca su atención hacia las señales que la incitan a continuar.

La más grande sin duda fue encontrarse una cartera con el dinero para poder hacer su primer viaje a Nueva York, sin esa coincidencia fortuita, a lo mejor hoy no existiría Patti Smith como la conocemos. Y como nos cuenta la cantante, no aprovechar de la ocasión habría sido una falta de respeto hacia ese destino tan amable.

Al leer el libro no puedes que sentir admiración (y un poco de sana envidia) por la capacidad de Patti y Robert de renunciar a todo por su pasión, y vivir casi exclusivamente de esa energía creativa que continuamente alimentaban, de su devoción total al arte. Esa energía que les permitió superar, no sin dificultades y sufrimiento, todos los obstáculos que se interpusieron en su camino.

En tiempos de dificultades, tenemos nuestra imaginación, tenemos nuestro impulso creativo, que son cosas más importantes que las cosas materiales. Son las cosas que deberíamos magnificar.

 

 La paciencia como herramienta 

 

Un segundo tema que he evidenciado en el libro es la paciencia. Infinita y necesaria. Cuando una cosa no sale es fácil perder la paciencia, cambiar de camino, probar algo diferente y al final perderse.

Lo que es difícil es aprender a profundizar. Hay una frase en el libro, al principio del camino de la artista, en la que personalmente me identifico mucho:

Compraba montones de libros, pero no los leía. Clavaba láminas en la pared, pero no dibujaba. Metí mi guitarra debajo de la cama. Por la noche, sola, me sentaba a esperar. Una vez más, me descubrí pensando cómo podía hacer algo de valor. Todo lo que me planteaba parecía irreverente o irrelevante.

A lo largo del libro el tiempo pasa y la artista cambia, madura, deja de pensar en lo que podría hacer y lo hace. Una primera prueba, una segunda y una tercera, un error, dos o tres…y las cosas empiezan a fluir, su ser creativo se hace más y más fuerte, y arranca. Vamos, que al final es un poco como un motor, hay que calentarlo.

Pero hay que saber esperar, aceptar que cada uno tiene su tiempo de maduración y no pensar solo en la meta, sino sacar provecho de nuestro camino. Si nuestra voz no sale, significa que no es el momento, pero siempre podemos ir observando nuestro alrededor y desarrollando nuestra mirada. Patti en su largo y complicado recorrido habla mucho de la admiración hacia sus ídolos, que como espíritus guía infunden en ella la inspiración que necesita.

Si por un lado Patti Smith nos enseña a ser pacientes y a perseverar, por el otro también se presenta como una artista con una profunda fe en el arte y en su propia energía creativa.

…secretamente sabía que me había transformado, movida por la revelación de que los seres humanos crean arte, que ser un artista era ver lo que otros no podían.

Desde que empieza con su compañero Mapplethorpe a hacer pequeños talismanes con piedras y plumas, a experimentar con la fotografía, la poesía, el dibujo, hasta que finalmente llega a la música, nunca, en todo este tiempo, deja de confiar ciegamente en el potencial que ambos tienen.

 

patti smith y robert mapplethorpe

Patti Smith junto  Robert Mapplethorpe, foto de Gerard Malanga

 

La fe claramente es un don, y cada uno puede estar más o menos seguro de su vocación, pero paciencia y perseverancia sí que se pueden entrenar. Si en algunos momentos perdemos la seguridad en nosotros mismos, tenemos que convencernos que siempre podemos mejorar.

 La aceptación como palabra clave 

 

La frustración puede llegar muchas veces, en un trabajo creativo como en cualquier otro, pero hay que aceptar que es parte del proceso. Porque es justo ese espacio de separación entre lo que queremos hacer y lo que somos capaces, que nos impulsará a mejorar y a seguir en nuestro propósito.

Y aceptación significa también entender nuestros límites y saber trabajar con ellos. Es inútil esperar que llegue ese momento perfecto y deseado, podríamos esperar en eterno. Hay que ser valientes y pasar por esa fase de formación inicial en la que todo nos saldrá mal y nos sentiremos inseguros, porque es parte del camino. Así como hay que aceptar las herramientas que tenemos a mano y que nuestras posibilidades son las que son.

Lo que he aprendido de este libro es que, al final, se trata de encontrar ese lugar al que sientes pertenecer, sabiendo que se trata de perderse y de volver a encontrarse, una y otra vez.

 

 ¿A dónde lleva todo esto? ¿Qué será de nosotros?

Nos lleva a cada uno de nosotros. Nos convertimos en nosotros mismos

 

patti smith autoretrato dibujado

 Patti Smith, autoretrato, 1971, Moma, New York.

 

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